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7 de agosto de 2023Son las 05:00 de la mañana y suena el despertador en casa de Sandra; inmediatamente se levanta para, como dice, “adelantar en las cosas de la casa”. Sandra tiene 48 años, es divorciada, tiene tres hijos, actualmente convive con su nueva pareja y desde hace 6 años trabaja realizando labores de poda en un huerto de arándanos en la región del Maule, más específicamente en Parral.
Pero ella no siempre fue temporera; su historia tiene muchos más ribetes, todos teñidos de esfuerzo y un empuje digno de destacar.
Sus inicios en el agro
Sandra es dueña de casa y durante varios años trabajó como asesora del hogar; también esporádicamente en el campo, moviéndose de cosecha en cosecha para reunir lo necesario para sustentar a su familia.
“Yo trabajé en casas particulares, otras veces estuve cosechando arándanos, frambuesas, en esa área, recogiendo tomates, cortando espárragos, seleccionando espárragos, pelando kiwis y así he trabajado bastante en lo que es el sector del campo”, detalló Sandra Gutiérrez.
Dichas labores siempre fueron esporádicas; sin embargo, un mal momento económico la llevó a buscar estabilidad laboral en el campo; estaban reclutando podadores y si bien ella no sabía podar, se arriesgó y postuló al puesto laboral.
“Llegué a allá, estaban contratando a la gente y me puse en la fila y cuando me tocó a mi dije: ¿si cuento la verdad de que no sé podar?, pero es que necesito trabajar, no, mejor me quedo callada, me arriesgo no más; así que me tocó a mí, me preguntaron el nombre, me tomaron los datos, ¿sabe podar?, me dijeron… sí, mentí, y es que la verdad no me quedaba otra alternativa, porque estábamos bajo bastante presión, necesitaba trabajar y tenía ganas de aprender, así que ahí me mandaron al campo y al jefe que estaba a cargo de la cuadrilla le conté la verdad, le confesé que no sabía podar y que realmente necesitaba trabajar, y él me enseñó, tuvo harta paciencia conmigo y me enseñó a podar”, relató Sandra.
Fue así como esta mujer, madre de tres hijos, hizo del campo su vida; hoy madruga para cumplir con las labores de la casa y luego, a las 07:15 de la mañana, parte rumbo a su trabajo, donde se desempeña podando desde las 08:00 hasta las 16:00 horas.
“Para mí es linda la agricultura, es bonito que a uno también como mujer le den la oportunidad de trabajar en el campo, porque antiguamente la poda era trabajo solamente de hombres y después se empezaron a aceptar mujeres y pudimos demostrar que nosotras las mujeres también podemos hacer trabajos de hombres y que podemos contribuir para nuestro hogar y ser partícipes del desarrollo del país”, reflexionó Sandra Gutiérrez.
Sandra se declara enamorada del trabajo agrícola, sin embargo tiene claro que significa un gran esfuerzo diario; pese a ello, no lo cambiaría por nada. “A mi me gusta el campo, me encanta; el hecho de estar en el campo ya me fascina, el trabajo de la poda, ver que cuando uno hace un trabajo y lo hace bien hecho y da buenos resultados, el estar al aire libre, uno conoce lindas personas también y se aprende harto, siempre se está aprendiendo. Lo que menos me gusta son los días fríos de invierno, uno en realidad soporta no más, pero yo creo que las mujeres tenemos harta persistencia y fortaleza, porque hay que ser valiente para estar en el campo, uno tiene que tener coraje para aguantar el frío, aguantar el calor, y yo creo que cuando a uno le gusta algo, cuando uno hace las cosas con gusto y con cariño, no le ve el lado malo”, concluyó Sandra Gutiérrez, podadora de la región del Maule.