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14 de noviembre de 2023¡En Amagro seguimos trabajando!
18 de noviembre de 2023Amagro a la fecha cuenta con más de 300 socias, distribuídas prácticamente a lo largo de todo Chile; cada una de ellas tiene una historia que contar y que involucra un aporte al Agro, a la sociedad y al país. En ese contexto, conversamos con María Pacheco, socia de nuestra asociación gremial, quien desde siempre estuvo ligada al campo, pues su papá era agricultor. Hoy nos relata su historia.
María Pacheco de 58 años, es viuda y tiene un hijo; actualmente realiza múltiples actividades; tiene una consultora de asesorías tributarias, es contadora auditora y siempre ha tenido relación con la agricultura: “Fui nacida en el campo, hija de papá agricultor y después con mi marido que era empresario agrícola. Luego de que él falleció, me hice cargo del campo de su padre, ayudándole con la administración y también de las propiedades agrícolas que tenía mi marido. Entonces, toda la vida he estado cerca de lo que son los viñedos, tanto en la casa donde nací, mi casa materna, luego también la familia de mi marido, mi suegro, así que yo seguí con este rubro”, comenta María Pacheco.
María conoce muy de cerca la evolución que ha tenido la participación y el rol de las mujeres en este escenario; su camino ha estado repleto de desafíos, los que a punta de esfuerzo ha logrado superar para asentarse definitivamente en un rubro históricamente de hombres.
“Yo vengo desarrollándome en el rubro agrícola desde el año 1999 y el campo es un poquito difícil para las mujeres, en el sentido que desde los trabajadores, hasta los pares, también en las relaciones comerciales se hacen un poco más difíciles por tratarse de mujeres que la enfrentan, pensando que somos más débiles. También con los trabajadores ha sido bien difícil la relación, porque tienden a pensar que por ser mujeres tenemos menos conocimiento o menos capacidad. Las negociaciones también se han dificultado, pero vengo asentándome en el mundo de los hombres, desde mi profesión, desde los 18 años, ya que mis primeros clientes siempre fueron hombres y también desde mis asesorías, siempre fueron principalmente agricultores, comerciantes, exportadoras y con ello me he entendido de toda la vida laboral, me he entendido bien y eso lo he llevado al ámbito agrícola y se me ha ido facilitando mucho mejor, me siento muy respetada ante mis pares en el área agrícola actualmente”, señaló la socia de Amagro.
Actualmente vive en Curicó y equilibra su trabajo de oficina con el del campo. Desarrolla principalmente tres actividades: asesorías tributarias en el área agrícola, agroindustrial y exportadores, el proyecto de plantación de una nueva viña cerca del sector de Sagrada Familia, y dirige una cooperativa agrícola y vitivinícola Caupolicán, que nació en el año 2008 y de la que se hizo cargo desde el año 2016.
“Me hice cargo porque traían algunos problemas administrativos, estaban al borde de una quiebra, había fallecido la gerente fundadora, entonces me hice cargo de esta cooperativa para sacarla adelante y tratar de impulsar una venta de vino hacia el exterior. Eso se concretó en ese año, después del apoyo de uno de los cooperados que también es mi hijo y la unión de este pequeño grupo que se retomó con más o menos 14 asociados y actualmente somos 20. Exportamos toda la producción a Inglaterra, tenemos un buen precio, exportamos vino a granel y estamos impulsando ahora nuestro primer embotellado. Esto implica que tengo que interactuar con todos los pequeños productores, unificar la producción en términos de calidad, tratamiento de las viñas acorde a nuestra certificación FloCert por el comercio justo”, detalló María Pacheco.
Pero encabezar una cooperativa no sólo implica el trabajo con un grupo de productores, sino también importantes relaciones internacionales.
“En este trabajo se buscó unificar a todos los productores, aunar criterios, haciendo un trabajo constante, duro y con mucha comunicación, muchas reuniones para lograr el mismo objetivo y que todos visibilicen la necesidad de tener una producción limpia, amigable con el medio ambiente, porque todos los productores estamos certificados a través de la cooperativa, con la certificación Flocert. Esta certificación es de carácter medioambiental y también con exigencias de tipo social, para hacer el trabajo hacia el exterior. Esto fue apoyado por el directorio que yo presidía de esa sociedad anónima, en el año 2010 y la migré a cooperativa el año 2018, porque los criterios de comercio justo tienen una mayor correlación en realidad con el cooperativismo, son más similares. Entonces nuestro cliente inglés también es una cooperativa gigante. También era como estar acorde con lo con ellos para ir estrechando más lazo con este cliente”, comentó Pacheco.
Hoy recuerda el complejo camino que debieron recorrer para que los vinos que produce la cooperativa llegaran a posicionarse en mercados internacionales: “Costó mucho en realidad, porque no estaban interesados en este vino. Hoy hemos mejorado mucho la calidad, cambiamos el enólogo, cambiamos el equipo técnico y eso se empezó a trabajar desde las viñas. Entonces liberando de productos prohibidos por el comercio justo, haciendo un control con tomas de muestras de todas las viñas, de forma aleatoria, previo a la cosecha, en definitiva un sinnúmero de actividades que nos llevaron a presentar un producto que les pareció de muy buena calidad y nos compraron en un primer año”.
La cooperativa, además de lograr que un grupo de productores pueda exportar sus productos, tiene un marcado rol social: “Después fuimos cooperando con todas las actividades de marketing, enviando videos y fotografías, en esta cooperativa se hacen obras sociales, se apoyan escuelas públicas de la zona de Sagrada Familia cercana a las viñas. Se han hecho actividades, por ejemplo, de apoyo al cuerpo de bomberos, ahora la cooperativa está impulsando un proyecto de pagar un seguro colectivo de vida, para todos los bomberos de toda la comuna de Sagrada Familia. Y así también con las capillas, con los temas sociales, temas de salud con los cooperados y todo eso lo vamos haciendo con un proyecto de primas Fair Trade. Entonces por ese lado, meternos en el comercio justo, la cooperativa, unificar calidad, todo eso me ha tocado llevar a la cabeza y que ocupan gran parte de mi quehacer diario”, contó María Pacheco.
A través de sus años de experiencia, María ha participado en importantes instancias nacionales e internacionales, tales como en la Red de Comercio Justo, como expositora en la Universidad de Oxford UK, logrando reconocimiento como Mujer latinoamericana emprendedora por la Alcaldía de Oxford UK en el año 2018, entre otros eventos.
A nivel Nacional, el año 2022 fueron reconocidas como Mejor Cooperativa a nievel nacional, recibiendo tal reconocimiento por parte del Presidente de la República.
Desarrollarse en el rubro agrícola ha tenido un gran significado en la vida de esta mujer, quien destaca que la actividad que realiza le permite estar conectada con sus orígenes, con lo que realmente le interesa.
“Desarrollar el trabajo agrícola, conectarme con quien soy realmente con los pies en la tierra. Cada vez que yo me integro a los trabajos agrícolas, es como reencontrarme conmigo misma, es de los trabajos que me da mayor satisfacción espiritual, estar en contacto con la naturaleza, impulsar la producción, ver crecer los frutos, ver los ciclos que tienen todas las plantas, tener que recorrerlas, tener plantas sanas, tener una buena producción, son muy gratificantes trabajar en el tema agrícola. Aun cuando haya todos estos sinsabores en la comercialización del fruto, que eso sigue siendo un problema y en la uva es una problemática bastante grande, porque si no hay una alianza de grupo y no hacemos proyectos colectivos, no podemos impulsar ninguna producción sustentable económicamente, porque los precios en realidad están demasiado bajos y no dan los números para realizar la actividad”, reflexiona María.
Para María Pacheco el ser mujer e integrar la industria agrícola es una realidad que debería dejar de llamar la atención; cada vez son más mujeres las que son parte de las diferentes labores y procesos productivos que requiere este rubro: “Debiera a futuro no ser un tema si es mujer o es hombre en el agro, porque las mujeres estamos demostrando una gran capacidad de dirección, somos más meticulosas, tenemos amplitud para visualizar los detalles y las cosas que implican el éxito. Al final, es sabido que tenemos muchas condiciones, aún cuando también los hombres se enfocan bastante bien, saben enfocarse más que nosotros, ya que son menos detallistas. Pero también la innegable fuerza que tenemos como mujeres, que somos más constantes, más luchadoras, hace que tengamos éxito en todos los emprendimientos que vamos haciendo”.
Si bien el rubro agrícola sigue siendo un terreno mayoritariamente de hombres, actualmente son muchas las mujeres que, como María, son parte del cambio del agro; una realidad que se repite en todas las socias de Amagro, quienes se han transformado en verdaderos referentes para sus pares y comunidad.
“En el agro, por ejemplo, había un tema de que la agricultura estaba vedada tradicionalmente para los hombres, porque se consideraba que nosotros como mujeres tal vez éramos más débiles para enfrentarlo, pero eso está plenamente demostrado que no es así y que también la especialización que ha ido la teniendo las mujeres a la par de los hombres, por ejemplo, como ingenieras agrónomas y profesiones relacionadas al agro, yo vislumbro un futuro bastante exitoso para la integración de las mujeres. Espero también que se valide en su rol a nivel gerencial o directivo que tiene la mayoría de los hombres en este campo”, concluyó María Pacheco, socia de Amagro.